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Babesiosis


Introducción: La babesiosis (fiebre de Texas, fiebre de las garrapatas u orina roja) es causada por un microbio del género Babesia, el cual es transmitido por las garrapatas. Existen más de 70 especies del microbio, pero los que más comúnmente causan problemas son Babesia bovis y B. bigemina. Ambos pueden ser transmitidos por las garrapatas, junto con Anaplasma marginale (véase la página F27). La combinación produce posteriormente la fiebre de las garrapatas, lo cual es un síndrome mortal. La enfermedad se encuentra en todos los Estados Unidos y es un problema particularmente en las áreas tropicales del mundo.

Signos clínicos: El ganado afectado puede padecer síntomas agudos (repentinos), crónicos (de largo plazo) o inadvertidos. En los casos agudos, el primer síntoma es una fiebre alta (de 107°F (41,7°C)) seguida por la falta de apetito y por orina roja. Los síntomas más avanzados consisten en falta de coordinación, chirrido de los dientes, manía, coma o hasta la muerte También podría presentarse la ictericia (encías y ojos amarillentos) y la anemia. La necropsia de un animal que ha muerto de B. bigemina por lo general revelará edema (hinchazón con fluido), ictericia, grasa amarilla y gelatinosa, y sangre delgada y aguada. El bazo suele verse agrandado, oscuro, suave y carnoso. El hígado se ve agrandado, pálido y amarillento. La vesícula se dilata y la bilis es espesa y oscurece.

Transmisión de la enfermedad: Las garrapatas del género Boophilus spp., así como algunas moscas, pican al animal enfermo y mediante picaduras posteriores transmiten el microbio a otros animales. La babesiosis puede ser propagada por las garrapatas ninfas y por las adultas.

Diagnóstico: La manera más eficaz de diagnosticar la babesiosis es con el método de coloración de Giemsa en la citología de la sangre. En estas pruebas se observan los organismos microscópicos. Las pruebas serológicas también se utilizan para ciertos diagnósticos de la enfermedad. Entre éstas, la prueba indirecta de anticuerpos fluorescentes es la más exacta.

Tratamiento: Si se trata a tiempo, la babesiosis aguda responde bien a los siguientes componentes: diaceturato de diminazeno (de 3 a 5 mg/kg), fenamidina (de 8 a 13 mg/kg), amicarbalida (de 5 a 10 mg/kg) e imidocarbo (de 1a 3 mg/kg). Algunos de estos componentes no están disponibles en los Estados Unidos. Todos ellos deben ser usados bajo la dirección de un veterinario. El acefurato de imidocarbo también se puede administrar en forma de profiláctico (para prevenir), lo cual protege a los animales propensos.

Prevención: En los Estados Unidos, la mejor prevención consiste en la erradicación de los portadores de garrapatas, seguida de tratamientos constantes mediante el uso de acaricidas que destruyen las garrapatas de los animales y del ambiente. En áreas donde la enfermedad es muy común se utilizan diversas formas de vacunación.

En los Estados Unidos, siempre que se sospeche de un brote de babesiosis se debe dar parte a las autoridades locales.