Lengua de madera o leñosa (actinobacilosis):
Agente causante: La lengua de madera es causada por Actinobacillus lignieresii, la cual es una bacteria gramnegativa en forma de varilla que ataca los tejidos blancos de la boca, especialmente de la lengua, e incluso los ganglios linfáticos aledaños. Esta afección es más común que la quijada aterronada.
Signos clínicos: Esta enfermedad suele aparecer de forma repentina. Los animales afectados babean y a menudo tienen la lengua de fuera. Se puede observar que los animales mastican con suavidad y se aprecian nódulos y úlceras en la lengua. Con el tiempo, los tejidos blancos de la lengua son reemplazados por tejidos fibrosos que hacen que la lengua se endurezca, se encoja y quede inmóvil. Es por eso que se emplea el término "lengua leñosa". Los tejidos hinchados que se encuentran entre los dos huesos del maxilar inferior podrían tener la apariencia de "mandíbula en botella".
Los ganglios linfáticos se podrían hinchar hasta alcanzar el tamaño de un balón de fútbol americano y presentar abscesos que se podrían romper y drenar pus granulada en la superficie del animal o en el interior de éste. A veces, los abscesos se presentan en la piel, las ubres, el esófago, los pulmones y en otros órganos internos. Los abscesos internos en ocasiones son confundidos con la tuberculosis.
Transmisión de la enfermedad: Las bacterias que causan la lengua de madera normalmente se encuentran en la boca. Cuando las membranas mucosas de la boca son heridas por las plantas con pelos, la cola de zorro, el alimento áspero, etc., estas bacterias penetran al cuerpo y comienzan a causar problemas. En general, la lengua de madera no se considera altamente contagiosa, pero las bacterias se pueden propagar de un animal a otro a través de la saliva infectada que contamina el alimento consumido por otros animales. Los informes indican que el organismo Actinobacillus lignieresii puede sobrevivir en el alimento de 4 a 5 días. Si bien la enfermedad es de distribución mundial, es más común en áreas con déficit de cobre o con pasturas ásperas.
Diagnóstico: Los casos de lengua de madera a menudo son identificados sólo en base a los signos clínicos. El examen microscópico de frotis de pus, junto con los cultivos, son las mejores maneras de identificar esta infección.
Tratamiento: La administración de inyecciones intravenosas de yoduro de sodio (70 mg/kg) resulta ser un tratamiento muy eficaz. Estas inyecciones se administran, por lo general, un mínimo de dos veces con 7 a 10 días de por medio. A veces las mejoras se notan en sólo 2 días. En ocasiones, los abscesos se deben romper y lavar con yodo. Los antibióticos como tetraciclina, estreptomicina y tilmicosina también son útiles.
Prevención: Al igual que con la quijada aterronada, la vacuna para esta enfermedad aún no está disponible. La mejor manera de prevenir este problema es evitar los alimentos ásperos, las plantas con pelos y los cardos.
Quijada aterronada (actinomicosis):
Agente causante y signos clínicos: La quijada aterronada es causada por la bacteria Actinomyces bovis. Las infecciones, por lo general, se presentan en la estructura ósea de la boca tales como el maxilar y la mandíbula. Una vez que la infección se establece, los derivados de las bacterias comienzan a estropear los huesos. En respuesta a la infección ósea, el cuerpo trata de repararse a sí mismo creando nueva médula. Este proceso produce estructuras óseas en forma de laberinto con pequeños abscesos llenos de pus. A medida que la enfermedad avanza, se podrían abrir grandes cavidades que drenan pus granulada. Entonces la salud del animal comienza a deteriorarse y con el tiempo se podría producir la muerte.
Los animales afectados tienen dificultades para masticar y los tejidos de la boca se hinchan y causan dolor. Las lesiones bucales, la pérdida de dientes y el subsiguiente impacto alimenticio son muy comunes. Debido a que la enfermedad suele estar avanzada antes de que se note, el primer signo podría ser la dificultad para respirar a causa de la infección en los huesos nasales. A veces los tejidos blancos de la cabeza se ven afectados y podrían aparecer lesiones en el tracto digestivo, dando síntomas vagos de indigestión o de abotagamiento crónico. Los ganglios linfáticos de esta región generalmente no se ven afectados.
Transmisión de la enfermedad: Las bacterias, por lo general, se encuentran en la boca y en el rumen de los animales ungulados (vacas, ovejas, cabras), y penetran al cuerpo a través de pequeñas heridas en las paredes bucales causadas por el alimento áspero o la salida de los dientes. La quijada aterronada casi nunca se transmite de un animal a otro pero puede difundirse a través del drenaje de las infecciones, lo cual contamina los comederos y los bebederos. Los humanos no contraen la enfermedad, sin embargo, las partes infectadas con la enfermedad se deben quitar antes de poner la carne de las reses a la venta.
Tratamiento: Los animales infectados deben aislarse y recibir tratamiento con compuestos de yoduro orales o intravenosos, tales como yoduro de sodio (una inyección de 70 mg/kg cada 7 a 10 días) o isoniazida (administración oral de 10 mg/kg/día durante 30 días). Es mejor que la primera dosis la administre un veterinario por vía intravenosa. El tratamiento de seguimiento se administra vía subcutánea a intervalos semanales durante varias semanas. La tetraciclina y la penicilina también se utilizan con frecuencia en los protocolos de tratamiento. Éstas deben administrarse durante 7 a 10 días. Todas las áreas de alimento deben desinfectarse. El drenaje quirúrgico de las áreas afectadas podría ser necesario. Los abscesos abiertos deben lavarse y llenarse con yodo durante muchos días. Las recaídas de esta enfermedad son muy comunes.
Prevención: No existe una vacuna disponible contra esta enfermedad. La mejor forma de evitarla es no dar alimentos ásperos, al igual que dar tratamiento y aislar a los animales infectados.